martes, 29 de diciembre de 2009

Teté Coustarot: “La radio te permite llevar el ritmo de la vida”.


FICHA

“¡Qué noche Teté!”

Sábados de 21 a 00

Radio 10 AM 710.

Conducción: Teté Coustarot.



La frase la ¿ideó? el inefable Roberto Giordano cuando conducía aquellos fastuosos desfiles televisados desde Punta del Este o Mar del Plata. “¡Qué noche Teté!” le repetía a su compañera de atril, Stella Maris Coustarot, como un latiguillo cuando se quedaba sin palabras, algo que ocurría con frecuencia. Con el tiempo, esa locución se convirtió en sinónimo de noche de diversión y la usa gente que ni siquiera conoce al locuaz peluquero. En ese sentido fue un paso lógico que ella la eligiera para titular su programa que va por las noches del domingo de la Diez. Empecé en febrero de este año y nos fue fantástico –asegura- porque tuvimos una gran audiencia, con picos de hasta 61 puntos de share. Fue una enorme alegría porque se trata de un programa que no habla ni de la actualidad sino de otros temas que también son muy importantes en la vida. Tenemos secciones como un reportaje y otra que se llama “Momento de decisión”, que es sobre personas que en una instancia de sus vidas debieron cambiar para algo, otra es “Palabras para el alma” y la más conocida es “Qué me pongo”. Acá la gente, hombres y mujeres, me llama y las aconsejo sobre qué ponerse o qué perfume deben usar de acuerdo con el evento al que van o qué tipo de cuerpo tienen.

-También tenés mucha comunicación con el público.

-Sí, porque el domingo es un día muy especial. En general es muy depresivo, particularmente a la tardecita o a la noche. Y logro una conexión maravillosa con la gente, no sólo de Capital sino de todo el país.

-Es que el nivel de atención de esa hora es diferente.

-Claro, es otro. Totalmente distinto al de los días de la semana. Acá me llama una mujer y por ejemplo, me dice que está planchando la ropa de la familia para toda la semana. Y que mientras me escucha se le pasan las horas volando. Después están los que durante las épocas de clases preparan los elementos que sus hijos deben llevar al otro día al colegio, los que trabajan de noche y un enorme porcentaje de oyentes que están viajando, porque a esa hora vuelven a sus casas después de un fin de semana afuera.

La relación entre la radio y quien supo ser “Miss 7 Dias” y “Reina Nacional de la Manzana” viene de largo, aunque su espléndido porte le jugara paradójicamente en contra porque demoró su debut. “Siempre preferían decirme: ‘Teté, ya que te tenemos te mostramos’. A todos les parecía que de otra manera me desaprovechaban” confesó cuando hizo su primer programa en 1996. Es que su padre, Armando Andrea Coustarot, manejaba una agencia de publicidad y tenía un programa en LU 18 Radio General Roca, su ciudad natal. Y ella siempre lo acompañaba al estudio.

-Se te considera con justicia una persona de la televisión, pero hace mucho tiempo que venís haciendo radio.

-Sí, mucho tiempo y la amo. Hace ya doce años que estoy frente al micrófono de manera ininterrumpida. Me encanta. Empecé en Mitre, seguí en Continental y en Del Plata y ahora en la Diez. Es un medio en el que la reina es la palabra eso me parece una cosa buena.

-Sobre todo porque tu imagen siempre fue uno de tus fuertes.

-Puede ser, pero no para mí, eh. Tal vez para los demás.

-Vamos… siempre fuiste una mujer bella y lo sabés.

-Bueno, sí, claro. Obviamente que lo reconozco y lo agradezco, pero me refería a que en el trabajo siempre trato de poner otras cosas. Tanto en el noticiero como en la tele esto se puede ver.

-¿Qué diferencias encontrás a la hora de comunicar frente a una cámara o a un micrófono de radio?

-Hay unas cuantas, desde luego. A mí me gusta destacar que la radio es más parecida a como es la vida, mientras que en la tele siempre está en un tono un tanto más alto y tiene un ritmo un poquito diferente. La radio te permite llevar el ritmo de la vida.


Gustavo Masutti Llach

Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires - Argentina

27 de diciembre de 2009

Fotos: Web.

1 comentario:

Cerf62 dijo...

Que fea està , parece una muñeca de ventrílocuo...Que lástima.