jueves, 1 de enero de 2004

Rolando Hanglin: "Saber que estás gastando un dineral ya no te hace sentir bien"


El hombre tiene su sello. Rolando Hanglin supo armar su personaje (o personalidad) compaginando opiniones polémicas y conductas que escandalizan a los puritanos, con el buen decir y una postura reflexiva y por momentos naif. Este es el Lani que todas las mañanas ("R.H. Positivo", lunes a viernes de 9 a 13 por Continental, AM 590) surge de los receptores de radio. El mismo que, ante la mirada atenta de Emiko, su pareja, charló con AHORA con la excusa de la presentación de su "Las 7 verdades del sexo", donde acompañado por Florencia Ibáñez, saldrá a escena los domingos a las 21,30 en La Subasta de Mar del Plata. "Esta vez cambiamos todo el espectáculo -asegura-. En general se modifican sólo algunos chistes, remates o situaciones. Pero a Mar del Plata llevaremos un show totalmente nuevo. Ya testeamos la mitad del material en una presentación en San Isidro y funcionó bien".
-¿Qué vas a hacer con la radio?
-Voy a aparecer todos los días desde allá. Haré una salidita diaria, una acuarela de verano.
-Como solías hacer desde el Caribe.
-Exacto, pero esta vez desde Mar del Plata. Son tres semanas. Después volveré a Buenos Aires y viajaremos a Mar del Plata los fines de semana.
-Una diferencia grande, ¿no?
-Sí, pero estoy esperando para poder volver a los viajes a lugares remotos. Lo que pasa es que los costos han variado mucho y ya no es la misma alegría. Saber que estás gastando un dineral ya no te hace sentir bien. Además, no puedo. Es muy difícil de bancarlo y te queda la sensación de que hiciste una locura. No es razonable gastar tanto.
-¿No quedan destinos posibles?
-El que está más a tiro es Miami, que no cambió tanto. Pero ya está muy visto. E ir a los lugares realmente piolas de Miami cuesta muy caro. Porque como se acabaron los charters, entonces no da ir a destinos exóticos. Todo es una ecuación económica que no depende de mí. Habrá que encarar el desafío de buscarle la vuelta.
-¿Escuchaste algo nuevo en la radio de 2003?
(Piensa)-No, no creo. Nuevo, revolucionario, no encontré nada. Siguen teniendo vigencia los clásicos.
-¿No hubo apuestas fuertes por la crisis económica?
-Puede ser, pero además la radio no es un medio para apostar fuerte. La relación con la radio se construye a partir de hábitos, costumbres e intimidades. La radio tiene secretos que no se notan a primera vista, o en una primera audición. Si prendés el aparato y girás el dial te vas a encontrar con que Alejandro Apo tiene magia, arte y poesía, y con que Baby Etchecopar es un superdotado, por ejemplo. Pero no son apuestas fuertes, son un "taponazo".
-¿Entonces el éxito lo marca más la permanencia que la planilla de rating?
-Tiene que ver con que un tipo se afirme, se sienta cómodo y su personalidad aflore. No es un flash, es sentirse seguro.
-Hablando de seguridades, ¿es verdad que no dejás a tu hija que sea nudista?
-Nooo. No es cierto. Mis hijos no tienen ningún problema con ser nudistas.
-¿Y de dónde salió esta versión?
-Lo que pasó fue otra cosa. El tema es que a los chicos adolescentes, en general, no les gusta mucho el nudismo. Se sienten incómodos porque es una edad que no se presta. Tal vez en Francia o en Alemania, que son países re-nudistas, no tendrían problemas porque a nadie le llama demasiado la atención. En cambio aquí, para un muchacho o una chica de esa edad es muy fuerte. Pero sí que los dejo. De hecho, cada tanto lo practican, aunque no con fanatismo, porque no les gusta.
-Otro tema: ¿Afirmaste que podrías haber sido montonero?
-Sí.
-¿Qué fue lo que te hizo optar finalmente por el hippismo, entonces?
-Podría darte mil respuestas floridas. ¿La verdad? Me marcó la muerte de mi padre. Porque fue un impacto muy fuerte y es una experiencia que siempre te cambia el punto de vista sobre la vida. Yo a los dieciséis años era un pibe muy rebelde y contestatario. De pronto me encontré con que no tenía contra quién rebelarme. Me cambió mucho la mentalidad.
-¿Entonces en vos lo revolucionario no pasaba por lo dogmático sino por lo edípico, lo psicológico?
-Y... sí. En mí sin dudas que era así.
-¿Y en los demás?
-Tal vez tuvo algo que ver, sí. Era una mezcolanza impresionante de ideologías. Yo la vi nacer. Creo que lo que los fascinaba era la aventura. En mi opinión, básicamente, la guerrilla fue la aventura de la toma del poder. Este sentimiento era más fuerte que lo ideológico o lo psicológico. No era la historia de un grupo de víctimas sino de unos aventureros que desafiaron y quisieron tomar el poder. Una aventura muy peligrosa, como todas.
-¿Hoy se la revive con romantiscismo?
-Puede ser. Depende de qué lado viviste esa historia. No la recuerdo con romantiscismo, pero es una época que me atrae. Me parece que a los cincuenta y pico de años tengo una mirada diferente, más madura, de lo que pasó en los setentas. Mi visión de la vida ahora es más maura, más equilibrada y con mayor compasión.
-¿Por quiénes?
-Por todos los que intervinieron en ese drama.
-¿Todos?
-Los que se sublevaron, los que reprimieron y los que miraban para otro lado. Todos somos dignos de compasión porque hicimos lo que pudimos. Así lo veo yo.
-¿Los torturadores y los que ponían bombas están incluídos?
-Todos los seres humanos tenemos derecho a la compasión. Y cada uno en esa época muy difícil hizo lo que pudo. Todas las épocas son difíciles, pero tenemos que tratar de volar un poco más alto que las alpargatas, si es posible. Ahora es fácil juzgar. No hay dificultad en contar cómo fue el pasado. Incluso para mí, porque ahora no pasa lo de entonces. En aquella época estábamos todos muertos de miedo. Y el terror te hace decir y pensar en hacer disparates.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Enero de 2004

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