miércoles, 26 de mayo de 2004

Martín Bilyk: El mejor imitador del momento.

Lo curioso de Martín Bilyk es que, a diferencia de otros hombres de radio, a él no se lo puede reconocer al hablar. Es lógico, el imitador de los programas de Oscar Gómez Castañón ("Día a día", lunes a viernes de 9 a 12) y Mirtha Legrand ("Mirtha en La Red", lunes a viernes de 17 a 19) por La Red, AM 910, nunca aparece al aire con su propia voz. De hecho, lo más probable es que se crea que el que habla es el presidente Kirchner, Chiche Gelblung, o el ex fiscal Moreno Ocampo, por nombrar tres de sus "criaturas". Soltero "...sin apuro y muy bien", resume su historia radial: "Viví en Ciudad Evita hasta los 13 años, cuando me fui a Caballito y me quedé. De chico imitaba a mis familiares y en la secundaria éramos varios los que lo hacíamos. Por eso me sorprende que haya llegado yo. Al principio quería ser veterinario, después dudé, y la radio, que era un hobbie que despuntaba en una emisora comunal, me terminó ganando. Me enganché en un curso de humor en radio que daba Radio Mitre, y quedé trabajando durante un año, haciendo producciones de humor. Corría 1993. De ahí pasé a Rock & Pop, donde produje "Rock and sex" y la trasnoche".
-¿Cuándo saliste al aire por primera vez?
-En "La Rocka", con la gente que no nos fuimos con la Rock & Pop cuando cambió de dial. Ahí hice móviles, cobertura, producción y la primera imitación al aire.
-¿Quién?
-Moreno Ocampo. De ahí pasé a producir en Energy a Saborido y Quiroga, pero se fueron y me quedé solo con el programa. Como era una radio de bajo riesgo empecé a tirar personajes y me afiancé. Entonces llegó Radio 10. Me convocó Marcela Feudale, para la tarde.
-Un desafío, porque a la mañana estaba Rolo Villar.
-No era el único desafío. Pasé a una AM, que empezó a crecer y quedó lider en poco tiempo. A Rolo lo escuchaba y me costaba no pegarme a él. Quería distinguirme, porque él es muy bueno.
-¿Y cómo se hacía?
-Buscando personajes que él no hiciera. Pero Rolo es un tipo muy noble. El se concentra en su trabajo, hace camino, no se fija en lo que hacen los otros imitadores. Está todo bien con él, nos respetamos. Por ejemplo, yo no quería hacer a Neustadt ni a Menem, esos eran suyos. Y si en alguno nos cruzábamos, como con Rico, yo no usaba sus muletillas. Nunca dije ni "miserable" ni "zurdos". Empecé con Bilardo, Gelblung, Moreno Ocampo, Monseñor Laguna, Julio Grondona...
-Pasaste a La Red en 2001.
-Sí, me llevó Jorge Rial, que era muy hábil para darme los pies. Cuando se fue, me contrató la radio.
-Y llegó el Cholo Castañón.
-Yo lo escuchaba en Continental y lo respetaba muchísimo. No hubiera agarrado con cualquiera, porque tenía ofertas de Mitre y de la 10. Hubo que aprender a trabajar con otra mecánica, más recatado.
-Te trata serio, no bromea.
-Claro. Esas barreras me profesionalizan. Cuanto más serio es el clima, necesitás menos para romperlo.
-¿Cómo surgió el scketch con la imitación de Kirchner?
-Como los programas de radio, fue creciendo al aire. El Cholo me daba mucho material por ser coprovinciano del presidente.
-¿Tenés un método para preparar el material?
-Tengo que pensar como el personaje imitado, saber qué diría. Para eso debo estar muy bien informado, y no confío en la improvisación. Voy pensando que no se me va a ocurrir nada. Si algo sale en la impronta del estudio, y hace reir, mejor. Tengo que "asegurarme el empate", los cinco puntos, si no hay inspiración.
-¿Tenés temas tabú?
-Y, lógico. Hay cosas con las que no me meto, como ahora con la custión de la inseguridad. Me imagino que a todos los imitadores les resultaría fácil imitar a Juan Carlos Blumberg, pero ninguno lo hace. Pero hay cosas que me preocupan más.
-¿Cuáles?
-Que lo que estoy diciendo suene a discurso político. No quiero entrar en ese terreno, es riesgoso. La línea es muy sutil.
-¿Por ejemplo?
-Yo imito a Aníbal Fernández y a él le gusta la imitación. ¿Está bien que le guste? (Pone cara de disgusto) El rol del humor es pinchar. Por más que sea un homenaje, no te podés dedicar a que le guste al tipo. Es lindo que el presidente te diga al aire que le gusta lo que hacés.
-¿Y cuál es la respuesta, entonces?
-No me gustaría que al imitado le agrade lo que hago. Preferiría un "...qué turro, dice cosas que yo pienso y no me animo a expresar". Es un tema arisco porque imito políticos y periodistas con opinión fuerte.
-Tampoco podés bajar tu ideología con esas voces.
-No, no es mi función. Me tengo que conformar con que sea gracioso. No quiero perder de vista eso, es muy importante. Porque imaginate que me inviten a comer con el presidente, por ejemplo. No sirvo para nada en Olivos. El resumen sería que me encantaría que le guste cómo lo imito pero que no le caiga bien lo que digo. Eso sería lo ideal.
-Hay personajes que no te dan resquicio. Rolo me decía que no se puede imitar a Duhalde.
-Lo podés hacer con una máscara, desde lo visual. En radio no hay manera. Si vos prendés la radio y escuchás a un imitador de Duhalde no sacás a quien está haciendo "¿Quién carajo es, Julio Iglesias?".
-¿Tenés alguna frustración?
-López Murphy no me sale todo lo bien que quiero. Pero ya va a entrar.
-¿Qué opinás de los otros imitadores? ¿Freddy Villarreal?
-Es un poco incómodo que yo opine de consagrados.
-Tomalo como un juego.
-Es bueno, me gusta.
-Miguel Angel Rodriguez.
-También, tiene mucho talento.
-De Rolo ya hablamos. ¿Miguel Del Sel?
-Es más showman que imitador. Es bueno, pero los hace desde él, en función de un espectáculo.
-¿Cuál es el vicio más comun en tu oficio?
-Ser imitador de imitadores. Eso te pasa cuando tenés la voz pero no al personaje completo. Por eso tardé tanto en imitar a Carlos Menem. Por eso lo quiero "retirar" a Kirchner.
-¿En serio?
-Seguro. Si está lleno de imitadores suyos. Hay uno por radio. ¿Cómo hago para distinguirme, si no soy escandaloso, si no es con la diferencia?

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Mayo de 2004

No hay comentarios: