domingo, 30 de enero de 2005

Jorge Bocacci: "Hoy los chicos saben quién es Mick Jagger, pero no conocen a Piazzolla, que es de la misma época"

La vista del departamento de Jorge Bocacci es el sueño de un tanguero. El paisaje lo domina el Obelisco, y las avenidas Corrientes y 9 de Julio. A un costado se devisa el teatro Colón y, a lo lejos, la cúpula del Congreso. Georgina se desvive por agregarle calidez al ambiente y su hijo la sigue con ojos de amor filial. Luego, comienza a hablar: "Ya llevo siete meses en Radio Cooperativa ("Bocacci a tango limpio", AM 740, lunes a viernes de 6 a 9). Estoy muy contento porque volví a mi temática y al nombre del programa que me llevó a ganar cuatro Martín Fierro. Me acompañan los técnicos Rubén Agugliaro, Leonardo Zangari, Pablo Fabieri, el locutor Cristian Vidal y un perro de la calle adoptado por la radio, Agustín.
-Un horario extraño, ¿no?
-Me llamó la atención que me lo ofrecieran, porque si bien doy los datos del tiempo y las principales noticias, la información no es mi fuerte. Pero me explicaron que buscaban una opción diferente para el que recién se levanta y no quiere aturdirse con malas noticias. Dudé, pero los oyentes están respondiendo muy bien.
-¿Pasás tangos nuevos?
-Sí, los de Cacho Castaña, Chico Novarro, Hector Negro o Eladia Blásquez. Fusión, no. El tango debe tener su métrica y su compás. Si querés fusionar otros ritmos con la esencia tanguera, adelante. Pero ponele otro nombre.
-¿Cuántos discos pasás por hora?
-Entre quince y dieciocho temas. La primera hora es muy musical, después a las 7,30 hacemos un duplex con Radio Nacional de Montevideo e intercambiamos noticias "palo y palo".
-Es curioso, porque Cooperativa se caracteriza por la información y la opinión.
-Es que precisamente por eso quisieron ser distintos. Hay oyentes que me siguieron de Mitre y dicen que mi programa es "un oasis" a esa hora. Un tango, una milonga o un vals te dan más ganas de levantarte de la cama que una denuncia por corrupción o una toma de rehenes.
-El dial de la radio está entre Mitre y La Diez, las dos primeras.
-Sí, y las dos últimas en las que trabajé. Dos años en la Diez y estuve primero en la madrugada. Y tres años en Mitre, y en varios segmentos también primero. El director, Adrián Carlos Amodio, es la cara visible, no sé quiénes son los dueños.
-¿Cuál es la línea de la radio?
-Muy plural, con fuerte interés en el cooperativimo, los temas sociales, y se pasa música argentina: folclore, tango y rock nacional. Hay peronistas y radicales con su espacio: el hijo de Raúl Alfonsín, Marcelo Bartolomé, Liliana López Foresi, Carlos Orellano, Claudia Fassolo y va a llegar Betty Elizalde. De todo.
-¿Qué pasó en Mitre? Tu salida nunca fue aclarada.
-Me iba bien, y de golpe me informaron que iba a pasar a los fines de semana. Pero le dieron ese espacio a Mariano del Mazo y la madrugada se la dejaron a mi compañero Fabrizio López, con muy poca música. Creo que lo que ocurría era que la identidad de Mitre no pasa por el tango. Fijate que me hicieron cambiar el nombre por "Bocacci, música y noticias" y me hacían poner más boleros, folclore y artistas latinos. Me quedaron dudas, porque nunca me explicaron qué pasó. Me parece que yo cumplí. Pero estoy cansado de que aunque vaya primero con una audición de tango, igual no conforme.
-Los programas de tango suelen tener buena audiencia, pero poca publicidad.
-Los empresarios importantes no sponsorean, quizás por el prejuicio de que el tango "salpica barrio". Pero es nuestra identidad, lo reconocen en todo el mundo y las milongas están siempre llenas. Sin embargo, sólo las radios chicas ponen tango y no hay ni un programa en TV. Desde luego, las multinacionales no apoyan al tango porque no les conviene que los países se hagan fuertes culturalmente. Cátulo Castillo decía que a los pueblos se los domina por medio de lo político, lo económico y lo cultural. Hoy los chicos saben quién es Mick Jagger, pero no conocen a Piazzolla, que es de la misma época. Ese espacio lo debería ocupar el estado. Porque una nación no es un amontonamiento de personas en un territorio. Deben tener una personalidad y una identidad. Como hacen los países inteligentes, que cuidan la música porque saben que es la más representativa de las artes, la más nacional. Por encima de un libro, una pintura o una obra de teatro.
-Vas en contra de lo que me dijo Antonio Carrizo.
-Lo leí, sí. Pero tiene que haber una política cultural que apoye nuestra música sin discrimar la otra. Porque no podemos tirar por la borda lo que nos identifica. Hay muchas FM que transmiten 24 horas de música en inglés y nunca en su historia pasaron un tango.
-¿El gobierno de la Ciudad apoya?
-No lo hace a un nivel popular. Nunca convocan para sus eventos a los que vienen luchando por el tango desde hace años: Néstor Fabián, Hugo Marcel, Abel Córdoba, Alberto Podestá, Carlos Cristal o Carlos Paiva por citar algunos. Tal vez apoyan a talentosos, pero que ni les conozco el nombre.
-¿Qué opinás del cierre de las milongas por cuestiones de seguridad?
-Los locales deben tener sus medidas de seguridad en orden, eso no se discute. Desde extinguidores hasta las salidas de emergencia. Pero no me parece que las milongas deban ser revisadas con el mismo celo que locales como Cromañón, que juntaba tres mil personas. Los tangueros bailan cómodos y tienen salones amplios y aireados. Tampoco hay decoraciones inflamables. Además, las milongas de tango están en un promedio de 200 personas. Sería muy raro que sufrieran una catástrofe como la diciembre.
-¿Se está sobreactuando?
-Veo actitudes extremistas. Se pasa del abandono absoluto en cuanto a las inspecciones, a un fanatismo por las clausuras. Hay que apuntar a los lugares peligrosos.
-Dolina lo definió como "prevenir el pasado".
-Está muy bien eso. La tragedia ya la sufrimos. Encima los cierres perjudican a muchos trabajadores: desde artistas a personal de limpieza pasando por gastronómicos. Lo cierto es que no me gusta que se esté politizando una desgracia con casi 200 muertos.

Gustavo Masutti Lach
Revista Ahora- Diario Cronica
Buenos Aires - Argentina
Enero de 2005

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